viernes, 11 de marzo de 2011

Más vale prevenir que curar.

Es muy cierto el viejo dicho que reza “Más vale prevenir que curar”. Nada es misterioso para prevenir y frenar el crimen. La manera más fácil de prevenirlo es evitándolo, quitando a los delicuentes la oportunidad de perpetrar sus crímenes en contra de uno. La obligación de usted es la de evitar ser una “presa fácil”, débil o lucrativa para los criminales. La gran mayoría de ellos busca blancos fáciles para vulnerar a sus víctimas. A los delincuentes no les gusta trabajar ni demorar demasiado para lograr sus objetivos. Cuanto mayor sea el número de obstáculos o factores adversos que observen para llegar a usted o a sus propiedades, menor será el interés en intentar hacerlo.

Los delincuentes son difíciles de renocer; su apariencia va desde la del pordiosero más humilde hasta la del hombre de negocios mejor vestido. No se deje engañar y considere que también las mujeres y menores de edad se incluyen en sus filas. Los criminales actúan utilizando el factor sorpresa, piensan y se comportan de una manera diferente a la de la gente común; son impredecibles y pueden, en cualquier momento cambiar de opinión y causar graves daños a sus víctimas.

El objetivo de este espacio es mostrar una serie de hábitos y las recomendaciones de expertos en materia de seguridad para prevenir delitos del fuero común, con la intención de que usted los incorpore de manera permanente a su vida cotidiana, a efecto de enfrentarse a la dificil circunstancia por la que estamos atravesando: la inseguridad, la cual no distingue raza, sexo, edad, ni posición económica sino que nos aqueja a todos por igual. Es nuestro deber minimizarla en lo posible.

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